MANIFIESTO
8 DE MARZO DE 2003 MUJERES POR LA PAZ Y CONTRA LA VIOLENCIA
Durante los dos últimos siglos las mujeres se han unido y organizado, para exigir sus legítimos derechos.
Gracias a la lucha de las que nos han precedido, las leyes nos garantizan los mismos derechos. Ahora, muchas de nosotras podemos estudiar, aprender una profesión, acceder a un empleo, decidir las hijas e hijos que queremos tener... En una palabra, podemos asumir nuestra autonomía.
Sin embargo, este discurso de igualdad establecido por la leyes no siempre se corresponde con los hechos. La situación de discriminación de las mujeres sigue siendo manifiesta en cualquier ámbito de la realidad que analicemos:
1. En el terreno laboral, no estamos todas las mujeres que somos. Estamos excluídas de los puestos de poder, de responsabilidad y de toma de decisiones. En nuestra región tenemos a 448.450 personas empleadas, de las cuales el 61´6% son hombres y el 38´4% son mujeres, es decir l72.204, de las cuales sólo el 3´3% tiene un contrato indefinido, un puesto estable y fijo. El resto, un 96´7% desarrolla su actividad en precario y en los sectores menos cualificados. Estos datos muestran que nuestros salarios son más bajos que los de los hombres. Seguimos ocupando los puestos de peor consideración social y económica.
2. En el ámbito doméstico, no se ha producido una incorporación de los hombres. La responsabilidad del funcionamiento del hogar sigue siendo exclusivamente de las mujeres. Sin embargo, el trabajo doméstico sigue sin tener prestigio ni reconocimiento alguno, siendo como es imprescindible para el mantenimiento y el desarrollo de la sociedad.
3. En los medios de comunicación y en la publicidad, se siguen reproduciendo roles y estereotipos tradicionales que reducen a las mujeres a mero objeto, atribuyéndoles en muchas ocasiones las causas de la violencia que se genera contra ellas.
4. En el terreno político, la representación femenina dista mucho de estar en paridad con la representación masculina. En la Región de Murcia, por ejemplo, sólo tenemos un 20% de diputadas autonómicas, un 6,67% de mujeres alcaldesas y un 26,69% de concejalas. Los altos cargos ejecutivos son ocupados por un 6% de mujeres. Y en la universidad sólo nos encontramos con un 7% de catedráticas.
Queremos incidir especialmente en la más cruel de las discriminaciones: la violencia que se ejerce contra las mujeres. Durante los primeros meses de este año, ya han muerto en España 14 mujeres a manos de sus compañeros o maridos.
La violencia contra las mujeres es un hecho estructural y no coyuntural, que se produce y reproduce de múltiples formas, en cualquier situación y en todos los tiempos y lugares del mundo. En la calle, en la casa, en la discoteca, en el lugar de trabajo, en los chistes, en las instituciones políticas, en la televisión, en internet, en la prensa, , en la ciudad, en el campo, en la “paz”, en la guerra, en el norte, en el sur… En cualquier clase económica, en cualquier etnia, en cualquier trabajo, en cualquier lugar del planeta. Sea cual sea nuestra condición social, todas somos objeto de violencia, una violencia que unas veces se manifiesta físicamente y otras de forma psicológica, sexual o moral.
Son muchas las formas en que se ejerce la violencia contra las mujeres y ninguna de ellas es un hecho aislado. Tampoco son hechos casuales y tienen un origen común: la consideración de las mujeres como seres de segunda categoría.
Este 8 de marzo de 2003, las mujeres de la Región de Murcia queremos unir nuestras voces a la voces de las mujeres y los hombres del resto del planeta para decir "¡Basta ya!" a todo tipo de violencia, la que se ejerce contra nosotras y la que se ejerce sobre distintos pueblos de la tierra. En estos momentos, queremos solidarizarnos con las mujeres de Irak y con su población civil. Junto con el resto de la ciudadanía mundial, decimos "¡No a la guerra! ¡No en nuestro nombre!" Las mujeres siempre hemos luchado y trabajado por el cuidado de la vida y de la paz. Por eso, cuando estalla una guerra, las mujeres, que representamos la vida, somos sistemáticamente violadas, agredidas o torturadas.
Las mujeres serbias, croatas, palestinas, israelitas, kurdas, turcas, afganas, iraquíes, etc., se visten de negro y se unen para demostrar al mundo que convivir sin guerra es posible.
También nosotras nos vestimos de negro y nos unimos a ella para exigir de forma urgente LA PAZ y el cese de toda forma de VIOLENCIA.
Para conseguir la plena igualdad entre hombres y mujeres, reclamamos:
1. La Erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres, en los diferentes ámbitos públicos y privados.
2. La creación de una sociedad sensible a las especificidades de cada sexo.
3. La valoración y el reconocimiento del trabajo (reproductivo) que hacen las mujeres y su importancia en el desarrollo de la sociedad.
4. La eliminación de la división sexual del trabajo y la promoción e incorporación de mujeres y hombres a cualquier profesión u oficio, asi como la corresponsabilidad de unos y otras en las tareas domésticas y en el cuidado hacia las y los demás.
5. Una equitativa distribución del acceso y el control de todos los recursos y beneficios sociales.
6. Conocimiento y reconocimiento del papel que las mujeres han tenido a lo largo de la historia.
7. La construcción de una sociedad justa y equitativa, donde primen los valores de cooperación, solidaridad, horizontalidad, paz y cuidados a las demás personas, sobre los valores de competitividad, individualidad, jerarquía o violencia.
8. Solidaridad y compromiso con las mujeres y las sociedades del resto del mundo.
¡LAS MUJERES DECIMOS NO A LA VIOLENCIA, NO
A LA BARBARIE!
Por ello, exigimos al gobierno español dos acciones que consideramos urgentes: la aprobación de una ley integral contra la violencia de género y una oposición decidida y radical contra la invasión de Irak. Sólo así las ciudadanas y ciudadanos de este país nos sentiremos democráticamente representados.
Firmado:
COMISIÓN 8 de Marzo 2003
Integrada por las siguientes organizaciones: ACSUR, CCOO, Foro Ciudadano, Foro de la Mujer, IU, PSOE, UGT, STERM, La Intersindical
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